EL KIWI QUE QUERÍA VOLAR

http://youtu.be/qrOOGRMnrac

MI EXPERIENCIA EN EL TALLER

Consideremos al término gestión como acción de generar, hacer que algo se lleve a cabo, aunque lo relaciono, personalmente con el concepto de gestar. Es decir, tomar un origen natural para la concreción de un actuar.

Diferenciamos entre información como el conjunto de datos sobre un hecho del conocimiento que además son asumidos por el sujeto y del saber que es interiorizado. De tal forma que podamos pensar en la gestión del conocimiento (knowledge management) aplicado al acervo de saberes como recursos disponibles para los miembros de una organización. Llegar a conocer “cómo se hace” en el campo de la experiencia de los sujetos las tareas que les son propias, que les son importantes y de las cuales se  tiene información para que sea asumida como saberes colectivos y usados para mejorar  las tareas que se tienen de por sí es un reto en donde estamos acostumbrados a que el conocimiento se otorga, se entrega pero no se gesta. Reconocer que el conocimiento esta en las personas permite volver al origen de un mundo donde la información se tiene al momento y en un clic aun cuando no se sabe para qué o por qué la empleamos.

Partir de la experiencia empírica personal presupone ya una riqueza en sí es reconocer en el sujeto saberes de formas y maneras de proceder cotidianas que explican el por qué las cosas suceden como suceden. Hemos compartido también  (siendo este ejercicio una vivencia de la importancia de reconocer las diferentes experiencias individuales) la riqueza de la discusión entre pares como elemento sustancial para la construcción social del conocimiento Si esta discusión se enriquece con nueva información  teórica entonces se relee la experiencia y se produce, fluye el conocimiento presente.

En el modelo de gestión propuesta por Plaz, 2003, encontré características de cada una de las dimensiones. En el plan que desarrollé la dimensión inteligencia refiere a hacer leíble la experiencia de los docentes en las academias, sus preocupaciones y características de aplicación del programa correspondiente. La dimensión de distribución permitirá a los integrantes de la ENEA tanto estudiantes como alumnas compartir los trayectos de  cada academia y reflexionar sobre el impacto que tienen en los procesos de formación de las alumnas. La dimensión del aprendizaje favorecerá asumir una ruta de planeación del trayecto formativo y aplicar sistemáticamente para valorar su diseño. Si esta ruta es valorada confrontada con indicadores de calidad correspondiente para su evaluación podremos acercarnos a esta gestión.